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Los TRIBUNALES pueden FRENAR los ARANCELES de TRUMP
Informe del sabado 6 de septiembre de 2025
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El jueves 7 de agosto, el presidente Trump afirma que los aranceles recíprocos OFICIALMENTE han entrado oficialmente en vigor.
Según Bloomberg, la tasa arancelaria efectiva se situa en este momento en el 15.2%. Muy por encima del 2,3% registrado el año pasado y el nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial.

Teniendo en cuenta que en la práctica, quien paga el arancel al gobierno de EEUU es siempre la empresa importadora, que está registrada en EEUU. Esa empresa tiene tres opciones:
Asumir el coste del arancel en su margen de beneficio.
Negociar con el exportador una bajada de precio para compensar.
Repercutir el coste al consumidor final con precios más altos.
Eso convierte a los aranceles en la mayor subida de impuestos en EEUU (en porcentaje del PIB) desde al menos la Ley de Control de Ingresos y Gastos de 1968, implementada durante la guerra de Vietnam.

Por lo tanto, aranceles más altos aumentarán los ingresos si su efecto sobre las importaciones no es lo suficientemente prohibitivo.
Lo que sugiere que el déficit del presupuesto federal de 2025 es menor de lo que sería sin los aranceles de 2025.
En un estudio de The Budget Lab se estima que Estados Unidos ha recaudado $146 mil millones en ingresos netos totales por derechos de aduana en el año calendario 2025 hasta agosto. Este total proviene de todos los aranceles estadounidenses, no solo de los ajustados en 2025.
Antes de los anuncios de aranceles de 2025, la tasa arancelaria efectiva promedio de Estados Unidos era del 2,4%, lo que generaba alrededor de $7 mil millones al mes en ingresos netos por derechos de aduana. Los nuevos aranceles de 2025 han recaudado aproximadamente $88 mil millones en ingresos hasta ahora, con aproximadamente $23 mil millones de esos nuevos ingresos arancelarios registrados solo en agosto, cuando la tasa arancelaria efectiva promedio probablemente era del 11-12%, frente al 10% en junio y julio.
Esto equivale aproximadamente al 0,8% del PIB cada mes, una cantidad significativa de reducción del déficit.
A este ritmo, los ingresos anuales por aranceles podrían llegar a 300.000 millones.
Para ponerlo en contexto: el impuesto de sociedades recaudado durante todo el último año fiscal fue de aproximadamente 366.000 millones de dólares.
A poco que vayan a más estos meses… Los aranceles se convertirán en la tercera mayor fuente de ingresos del presupuesto federal. Aunque dicho incremento solo habría cubierto aproximadamente una quinta parte del déficit presupuestario federal de 2 billones de dólares previsto para 2024 (cerca del 7 % del PIB).

Un punto central es entender la tasa arancelaria efectiva promedio. TBL estima que en agosto las importaciones fueron de 267.000 M$, lo que supone que los 23.000 M$ en nuevos ingresos arancelarios para 2025 elevaron la tasa efectiva en 8,8 p.p. respecto al nivel previsto para 2024. Aun así, la tasa legal vigente en agosto «debería» haber sido mayor.
Esto no sorprende por varias razones:
Retrasos en la recaudación: empresas y consumidores adelantan compras para evitar aranceles; los bienes en tránsito suelen quedar exentos temporalmente; los pagos pueden diferirse hasta seis semanas bajo la Declaración Mensual Periódica; y Aduanas transfiere los ingresos al Tesoro con retraso, generando desajustes entre importaciones e ingresos.
Elusión y evasión: Budget Lab asume un 10%, pero puede ser más alta, sobre todo a corto plazo. Además, los importadores aprovechan más de lo esperado las exenciones de países como Canadá. Según el Censo de EE. UU., en junio el 57% de las importaciones desde Canadá estaban libres de aranceles por el T-MEC, pero el 92% no pagaron aranceles por ningún motivo, consistente con los datos aduaneros canadienses. La diferencia podría deberse a que muchas entradas se registran en EE. UU. como libres de aranceles por NMF en lugar de T-MEC, aunque cumplan con este último.

Impacto en los precios
La gran pregunta sobre los aranceles es si se reflejan en los precios al consumidor. Al ser un impuesto, encarecen las importaciones, y el coste puede recaer en productores extranjeros (menores precios de exportación), empresas e importadores (márgenes reducidos) o consumidores (menor ingreso real tras impuestos). Además, los aranceles reducen productividad e ingresos reales al distorsionar la asignación de recursos y encarecer la inversión.
La caída del ingreso real depende en parte de la respuesta de la Reserva Federal:
Si no actúa, el efecto viene por mayores precios.
Si endurece la política (subida de tasas), los precios suben menos, pero se frena inversión y consumo, reduciendo el ingreso nominal.
En ambos casos, los ingresos reales tras impuestos caen.
El impacto puede sentirse más en precios relativos que en el nivel general. Por ejemplo, los servicios (no sujetos a aranceles) podrían abaratarse en términos relativos, pero aun así el ingreso real disminuye.
La evidencia preliminar apunta a que los aranceles sí están afectando a los precios de bienes de consumo. En 2025, los precios básicos de bienes del PCE subieron 1,5% en el primer semestre (vs 0,3% en 2024) y los bienes duraderos +1,7% (vs -0,6% en 2024). Ambos se situaron claramente por encima de la tendencia estimada (+1,9% y +2,3%, respectivamente, en junio), con significancia estadística. Los análisis descartan en gran medida que factores globales no arancelarios expliquen esta presión al alza.

Tras la subida general de precios, varios bienes individuales han superado con claridad sus tendencias históricas en 2025. Según el PCE:
Equipos de video, audio, fotografía e informática: +5,7% sobre la tendencia en junio.
Electrodomésticos: +3,9%.
Muebles: +3,1%.
Artículos recreativos: +3,0%.
Suministros para el hogar: +2,6%.
Equipo deportivo: +2,3%.
La única categoría significativamente por debajo de la tendencia fue la ropa infantil y de bebé.
En conjunto, los aumentos son amplios pero no uniformes, con variaciones menores en otras categorías que no alcanzan significancia estadística.
TBL construyó índices de precios PCE de bienes importados ponderados por participación de importaciones, para aproximar el impacto de los aranceles en consumo. Aunque la metodología subestima el efecto real de los aranceles, permite comparar tendencias entre precios generales y precios de importación.
Los resultados muestran un patrón similar al de los bienes totales: los precios importados rompen tendencia y suben en 2025.
Bienes básicos importados: +1,2% hasta junio (vs +0,4% en 2024), y +1,7% frente a tendencia.
Bienes duraderos importados: +1,4% (vs -0,5% en 2024), y +2,1% frente a tendencia.
En resumen, los precios de bienes de consumo importados también se están encareciendo, alineados con los aumentos en los precios generales de los bienes.

La teoría económica sugiere que el alza en precios de bienes por aranceles podría verse compensada por una caída relativa en los precios de servicios. Sin embargo, los datos no lo confirman.
Servicios básicos (excl. vivienda): en línea con su tendencia previa a 2025, tras un ligero exceso a inicios de año.
Hasta junio: +1,4% en 2025 (vs +1,9% en 2024).
En conclusión, el comportamiento de los servicios no ha sido suficiente para compensar las presiones al alza de los aranceles sobre los bienes.

TBL asume un traspaso de aranceles a precios al consumidor final del 100%, apoyándose en estudios de 2018–19, aunque aquellos aranceles fueron más limitados (≈+1 p.p. en tasa efectiva) frente a los de 2025 (≈+9 p.p.). Además, el contexto actual difiere: consumidores más sensibles tras la inflación postpandemia y posibilidad de que EE. UU. afecte precios globales dada la magnitud de los aranceles.
Datos a junio 2025:
Tasa arancelaria efectiva promedio (bienes de consumo importados):
Básicos: 12,1% (vs 4,2% en 2024).
Duraderos: 12,4% (vs 2,8% en 2024).
Efecto esperado de transmisión completa:
Básicos: +2,1% en precios.
Duraderos: +2,7%.
Evidencia observada:
Precios reales frente a tendencia:
Básicos: +1,5% → traspaso ≈72%.
Duraderos: +2,2% → traspaso ≈80%.
Estimación simple (vs 2024):
Básicos: +1,5% → traspaso ≈70%.
Duraderos: +1,7% → traspaso ≈61%.
En conclusión, hasta junio el traspaso implícito está entre 60% y 80%, con posibles sesgos por factores externos: dólar débil (eleva transmisión) e inventarios prearanceles (la reducen).
Otros impactos: Fed y empleo
El efecto final de los aranceles sobre los precios depende en gran medida de la política de la Reserva Federal. Una postura más restrictiva frenaría la inflación a costa de la inversión y el consumo, mientras que una más flexible sostendría la actividad pero elevaría el riesgo inflacionario.
Se proyecta que la Fed moverá ficha en Septiembre, incluso se pone sobre la mesa una bajada de 50pb:

Aunque TBL asume que la Fed ignora los aumentos de precios derivados de los aranceles, Jerome Powell reconoció que estos ya han elevado las previsiones de inflación, lo que ha evitado recortes más rápidos de tipos.
En el mercado laboral aún no hay efectos claros, aunque sí señales de enfriamiento. Entre enero y julio la tasa de desempleo subió 0,24 puntos, casi significativa, acompañada de caídas en la tasa de empleo-población y la participación laboral, ambas estadísticamente relevantes. El empleo sensible a aranceles ha crecido un 0,3% en lo que va de año, muy por debajo de la tendencia previa, mientras que el empleo manufacturero sensible cayó un 0,3%, similar a la caída del sector en general. En conjunto, la evidencia apunta a un impacto moderado pero aún no concluyente.

Sin embargo, con los últimos datos de empleo, esto ha cambiado mucho.
En el frente cambiario, el dólar se ha debilitado en lugar de fortalecerse como predeciría la teoría. Está más de un 5% por debajo de diciembre y un 3% por debajo del nivel previo a las elecciones.
El renminbi chino también ha caído, mientras que el peso mexicano y el dólar canadiense se han apreciado. Estas fluctuaciones alteran los precios de las importaciones: un dólar y un CNY más débiles encarecen las compras externas, mientras que monedas más fuertes como el peso o el canadiense las abaratan.

La debilidad del dólar refleja factores más amplios, como peores perspectivas económicas, dudas sobre sus instituciones y expectativas de tipos más bajos, además de la reversión tras haber entrado en 2025 un 20% por encima de su promedio histórico.
La incertidumbre por los aranceles no ha acabado
En una decisión emitida el 29 de agosto, el tribunal de apelaciones determinó que la dependencia de Trump en la Ley de Poderes Económicos en Caso de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) para imponer aranceles excedía la autoridad otorgada por el Congreso. Sin embargo, la decisión quedó en suspenso hasta el 14 de octubre, lo que da tiempo a la Casa Blanca para apelar y mantiene los aranceles existentes mientras continúa la batalla legal.
El fallo introduce una nueva dosis de incertidumbre sobre la estrategia comercial de la administración, que ha dependido en gran medida de los aranceles para presionar a sus socios comerciales y reconfigurar las cadenas de suministro globales. Aunque la decisión del tribunal pone en riesgo una de las herramientas más poderosas de Trump, funcionarios de la administración señalaron que planean apoyarse en otras bases legales… ¿Cuales són?
Sección 232 (Aranceles por Seguridad Nacional): permite imponer aranceles a “sectores estratégicos” como acero, chips, baterías para vehículos eléctricos y farmacéuticos.
Sección 301 (China y Prácticas Comerciales): otorga autoridad para imponer aranceles específicos a China, lo que probablemente mantendría intactos los aranceles del +30% a sus importaciones.
Sección 122 (Aranceles de Emergencia a Corto Plazo): permite imponer aranceles del 15% a todas las importaciones por un máximo de 150 días.
Sección 338 (Aranceles de Represalia): autoriza aranceles de hasta el 50% tras investigaciones.
En consecuencia, incluso si el Tribunal Supremo confirma el fallo de apelación contra la IEEPA, cabe esperar una escalada selectiva de aranceles mientras Trump intenta compensar los 150.000 millones de dólares en ingresos perdidos.
Ganadores y perdedores
Ganadores potenciales si el Supremo limita la IEEPA:
Grandes minoristas (Amazon, Walmart): se benefician de menores aranceles → costes de importación más bajos → precios más competitivos. Los consumidores verían menor inflación en algunas categorías.
Exportadores de Vietnam y ASEAN: anteriormente gravados con aranceles del 19–20% más un 40% por transbordos globales, podrían ver alivio parcial.
Brasil e India: cada uno enfrentaba aranceles del 50%; un fallo limitante podría desbloquear flujos comerciales.
Mercados bursátiles: un freno a la autoridad arancelaria de Trump sería un factor positivo para las bolsas de EE. UU. y globales.
Perdedores potenciales:
Mercado de bonos de EE. UU.: menos ingresos por aranceles agravarían las proyecciones de déficit, ya tensadas por la política fiscal de Trump y choques con la Fed (como el enfrentamiento con Lisa Cook).
Sectores estratégicos de EE. UU.: incluso con la IEEPA limitada, seguirían afectados por aranceles en semiconductores, vehículos eléctricos y baterías, farmacéuticos, acero y metales, lo que mantendría la volatilidad en cadenas de suministro y costes de insumos.
Gracias por leer
Diego